viernes, 21 de octubre de 2011

Carta no entregada a mis suegros...


Ante todo quiero agradecerle todo el amor y el cariño que le ha dado a nuestros hijos. Se que, aunque a mi me cueste entender su manera de hacer las cosas, siempre lo hace con la mejor de las intenciones, porque se preocupa sinceramente por nuestro bienestar.
En varias oportunidades he sentido que usted cree que yo tengo ideas equivocadas con respecto a la crianza de mis hijos y que me equivoco por mi falta de experiencia. También siento que usted se preocupa mucho por esto. Posiblemente yo esté equivocada y usted no piensa eso de mi, pero de todas maneras quiero explicarle algunas cosas.
A mi me criaron de una manera diferente. En mi casa hubo pocos gritos, solo una vez me pegaron, con excepción a ir al colegio, nunca me obligaron a hacer algo que yo no quería. El estilo de crianza fue similar en las familias de mis tías y de mis abuelos maternos (con algunas, en mi opinión tristes, excepciones). No es que yo hiciera lo que yo quería, era que mis papás respetaban mis gustos y necesidades y de ese respeto de ellos hacia mi aprendí yo a respetar a los que me rodean y a mi misma. Me explicaban el porqué algo no se debe hacer sin maltratarme ni física ni psicológicamente. Siempre supe que el amor de mis papás era incondicional y no solo cuando “me portaba bien”. No es que esté diciendo que los demás padres no quieren a sus hijos incondicionalmente, estoy segura que la mayoría de los padres quieren incondicionalmente a sus hijos. Pero también estoy segura que, durante su infancia, esto no siempre es claro para los niños. De hecho he visto padres que explícitamente le dicen a sus hijos que no los van a querer si hacen (o no hacen) esto o lo otro. Durante mi infancia, la mayor parte del tiempo me “portaba bien” y no tuve motivos para rebelarme y mis hermanos tampoco. Creo que mis papás tuvieron una adolescencia de sus hijos más fácil comparada a la mayoría y eso lo atribuyo a que nos sentíamos respetados como personas. No hay familia perfecta y con seguridad cometieron muchos errores, yo también cometeré muchos, es inevitable. Pero cada familia hace lo que mejor puede con la educación que ha recibido, con lo que ha aprendido de su propia crianza y con lo que la vida le ha enseñado.
Cuando uno hace las cosas de manera diferente a los demás es bastante habitual que a uno le digan que está equivocado. Y cuando a mi me dicen que estoy equivocada no recurro al saber popular, si bien recurro al consejo de mi mamá porque por lo general es sensato, también busco estudios que demuestren si estoy o no equivocada. Y en el caso de mis hijos busco aún con más ahinco estudios que me demuestren si con mi comportamiento les hago daño o no. He leido mucho, muchísimo, decenas de miles de páginas. Y lo que he descubierto es que el daño se los hago a mis hijos cuando no actúo de acuerdo a mis convicciones, y esto normalmente es cuando me salgo de casillas y les grito. El resto de actos que tantas veces hacen los padres a sus hijos no los cometo. No les pego, no los amenazo, no los asusto y no los castigo. Por favor, déje de acusarme de asustarlos cuando tienen miedos, no lo he hecho y no lo voy a hacer, no hace parte de mi forma de criar.
No quiero que piense que estoy criticando su forma de criar, usted hizo lo que pudo y lo hizo bien... Sus hijos son maravillosos. Aún así prefiero seguir el ejemplo de mis padres y educar a mis hijos de la manera que fui criada. Si no pego, no regaño, no castigo, no obligo y no premio, no es por mi falta de experiencia, es porque he aprendido eso de mis papás y de mis abuelos y me gustan los resultados. No considero la obediencia ciega una virtud. Si crio así es también porque hay muchos estudios que indican que no le hago daño a mis hijos al no hacer estas cosas y en cambio si se crían con muchas características que yo considero son buenas.
Por último quiero pedirle un favor. Mis hijos están aterrorizados y lloran de pensar que pasaremos Navidad en su casa. Ellos dicen que es porque alĺá los obligan a comer. Yo se que lo hacen con todo el amor del mundo, yo se que sinceramente se preocupan por su salud. Yo pienso que por un par de semanas que no coman “bien” no se van a enfermar (a no ser que se llenen de golosinas). Acá comen bien y están saludables, no hay ningún atraso en su crecimiento físico o intelectual... Sinceramente me entristece mucho que en lugar de añorar ver su familia tengan miedo. ¿Se justifica que ellos tengan terror a ir a su casa por que allá los obligan a comer? A mi nunca me obligaron a comer nada que no quisiera, ni a comer más de lo que yo quisiera. Creo que tengo habitos alimenticios más saludables que la mayoría, mis exámenes de laboratorio suelen ser envidiables, nunca he necesitado hacer una dieta, generalmente no rechazo una comida antes de probarla. Creame, nada grave va a suceder si ellos “comen mal” un par de semanas. Continuarán siendo los niños sanos que son.

Discúlpeme si en algún momento dije algo que le molestó, solo me interesa ser sincera y que ustedes disfruten a sus nietos y sus nietos los disfruten a ustedes.

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